Las comunidades terapéuticas están especialmente indicadas en los casos de drogodependientes  con una dependencia profunda de las drogas o el alcohol y unos recursos conductuales y de apoyo familiar y social débiles.

   El tratamiento en comunidad terapéutica se basa en el concepto de autoayuda, el toxcómano asume la responsabilidad de su curación y en el apoyo mutuo del grupo.
   El énfasis en la autoayuda dota al sujeto de unos recursos personales en el momento en que se enfrente de nuevo a la vida ordinaria.

   La comunidad terapéutica funciona a modo de entorno estructurado y posibilita, por tanto un control estricto de las conductas del drogodependiente durante las veinticuatro horas del día, al mismo tiempo impiden, por medio de la segregación temporal del contesto social, una parte de los factores desencadenantes del consumo de drogas. Estos grupos ofrecen una atmósfera de grupo fuertemente reforzante que no tolera el consumo de drogas. Se alientan nuevas pautas de conducta más adaptadas, laborales, educativas, de cooperación, autonomía, etc. Y se refuerzan a través de la aprobación del grupo y de un status mayor dentro del mismo.

   Forman parte, frecuentemente, de la comunidad ex toxicómanos, con una experiencia similar a la de los residentes y que desempeñan un papel importante como modelos: la forma en que han modificado sus hábitos negativos constituye un atributo a imitar.

   Algunas de las posibles desventajas que puede presentar una comunidad terapéutica son:

a) Viven juntos sólo toxicómanos, por lo que pueden actuar como desencadenante mutuo del consumo o desarrollar conversaciones que giran en torno al mundo de la droga.

b) La vida en comunidad está simplificada, por lo que no se plantean así muchos problemas relevantes de la vida cotidiana.

c) Si las estancias son muy largas, se pueden plantear problemas de hospitalización (especialmente, pasividad, apartía), como ocurre en los confinamientos prolongados en ls cárceles o en las instituciones psiquiátricas.

   El tipo de actividades llevadas a cabo en la comunidad terapéutica se centra fundamentalmente en los soguientes puntos:

a) Planificación de la vida diaria.
b) El trabajo y la formación.
c) La ocupación del tiempo libre. 
d) Las relaciones sociales.
e) La planificación de la vida futura.
f) El tratamiento de las dificultades individuales (depresión, ansiedad, déficits de asertividad, etc.)

   Hay una serie de etapas diferenciadas y progresivas en lo que respecta a las condiciones materiales y a la asunción de responsabilidades. El paso de un escalón a oto está en función de las conductas del toxicómano previamente delimitadas. Las actuaciones correctas son reforzadas con promociones. Los comportamientos incorrectos y la violación de las normas, sobre todo las referidas al consumo de drogas y al uso de la violencia, son rápidamente castigadas.

   La duración del tratamiento como tal no es un factor decisivo. Los criterios de tiempo deben ser sustituidos por criterios de "mejora de conductas.
   La razón es que el éxito de las medidas terapéuticas, abstinencia de drogas, ausencia de problemas judiciales, adaptación familiar, social, y actividad laboral, está asociado a la aparición de los cambios conductuales deseados, por lo que la duración del programa varía según cada usuario.
   Los criterios predeterminados contribuyen, por el contrario, a rforzar la conducta de pasividad del toxicómano, por lo demás ya muy desarrollada. El problema es que muchos usuarios no permanecen en la comunidad terapéutica el tiempo necesario para completar el programa. De ahí, en general, cuanto mayor sea la estancia, mayor es la probabilidad de una recuperación completa.